viernes, 6 de julio de 2007

era tan simple que se presentía.
tibio contra lo duro del mundo.
simple y tibio.
mientras siguiera mutando lo existente
las placas tectónicas su eterno movimiento
de gigantesco bicho subterráneo,
y las hormigas conquistando imperios terrosos en los baldíos
y los vendedores de gomitas para el pelo
guantes y cuellos de polar en los puestitos de la San Martín
y la guerra,las cálidas entrañas
la injusticia,el olor acre del petroleo quemado
la aceituna que en Algeciras
retuerce el hambre en la tripa del balsero
las parras secas en los patios del Abasto,
en fin
todas las cosas que valen la pena
las que importan,las que no;
estrellándose así:

estirar una mano y de revés
ahí tu tibieza
sola y victoriosa,
contra lo duro del mundo.

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