sábado, 11 de agosto de 2007

llovía

desde su ventana vi una vez
deshacerse el cielo de diciembre
y un coche casi ahogado haciendo olas.
me hizo un café fuerte,me secó la ropa
habló poco, no hacía falta.
se sentó a mirarme entre la luz
de la vela temblando y el vapor de la taza
y debo confesar que cuan difícil
escaparme del brillo de la vela
en el instante inmenso de esos ojos
decirle Buenas noches
y escaparme en la lluvia
que amainaba

1 comentario:

Mariela Palmeri dijo...

Yo también tengo recuerdos de lluvias,
de lluvias amadas que suenan a canción de cuna,
esas son las que atesoro.

El café fuerte es malo, sobre todo si es instantáneo.

Un beso